Mi mundo se reduce casi tanto como mi memoria. Todo lo que puedo ver está fuera de mi alcance porque vivo en una pecera que lo único que contiene es agua y a mí, claro. Veo una ventana siempre cerrada con una cortina comprada en Ikea.
Mi mundo se reduce casi tanto como mi memoria. No tengo ni idea porque el que me compro se molestó en ir hasta la tienda, elegirme entre cientos de peces de colores y llevarme a su casa. Y no lo entiendo por la sencilla razón de que sólo me hace caso para tirarme comida en el agua casi sin mirarme. Un tipo raro el que me compró.
Mi mundo se reduce casi tanto como mi memoria. Acaba de llegar una visita. Me ha mirado nada más entrar y ha levantado una ceja como si le sorprendiera verme. Del bolsillo interior del abrigo ha sacado un arma con silenciador. El que me compró dormía frente a la televisión. El hombre de la ceja y el arma ha realizado dos disparos. Uno en la cabeza y otro en el corazón.
Mi mundo se reduce casi tanto como mi memoria. Hay policía en la habitación, el que parece que corta el pescado (gran frase oída de boca de un pez) dice algo así como que soy el único testigo. Lástima que no haya visto nada.
pues vaya memoria…de pez. I like what u write. Walk on.
trágico…
a vece no recordar es mejor que recordar…luego no tan trágico…
y además…cómo es de graciosa Dory???