Archivo de noviembre 2007

Que partido el de aquel día

Este video del que podeís dar buena cuenta en cuanto acabes de leer este párrafo es uno de los mejores partidos que recuerdo. No en cuanto a nivel de juego, porque las dos defensas cataron de lo lindo, y Baía hizo de tenor para todo el Camp Nou. A los  colchoneros quizá no les guste, que piensen que es casi igualito que lo de este año. Los del Barça flotamos cuando Juan Antonio «Macanudo» Pizzi marcó el quinto de la noche. Milinko, Pantic para los amigos, tampoco olvidará fácilmente ese partido, el partido en el que marcó cuatro goles y perdió. Y no sólo eso si no que llevaba los pantalones por los sobacos y hacía bailecitos absurdos en cada gol, que creo que no los volvió a repetir en su vida, zote. Sin más dilación os dejo con «El Partido». Por cierto, ojito al chirlo de Figo.

Y yo mientras tanto, sigo brindando por Pizzi, en mi azotea.

Nuevas Vanguardias

Os presento,

Este es Dan Dunn, un pintor bastante especialito. Me lo ha enseñado Bola, de mi curro nuevo que ya os contaré. Mirad, oid y disfrutad. El que adivine que está pintando antes de que acabe el video, minipunto y punto.

Si alguien quiere más, pues que pase y vea en su web, ésta.

Y mientras tanto, yo aquí sigo, viendo a este monstruo en mi azotea.

Dame la mano para cruzar

Yo de mayor quiero ser saltimbanqui. Hoy mi mamá me ha explicado lo que son y me han gustado, Hoy he visto un montón en los pasos de cebra de Madrid y cada uno era diferente al siguiente. Había uno que daba vueltas con una bicicleta de una sola rueda, otro tenía unas piernas tan largas que casi tocaba el cielo. He visto a uno que jugaba con unos bolos de colores, otros que tenían la nariz roja y se pasaban una pelota como hago yo en el cole con mis amigos. La única diferencia es que ha ellos no se les caía.

Hoy me he levantado pronto, casi tanto como papá, que después de desayunar y darme un beso de los que suenan se ha ido a trabajar con su chaqueta, su corbata y su maletín negro. Por la tarde volverá y jugará conmigo a las construcciones. Mi papá es el mejor, por eso de mayor quiero ser como él, fumar en pipa y llevar trajes elegantes. Mamá me ha prometido que esta mañana daríamos un paseo largo, así que me he vestido rápido y me he puesto mis playeras, las que tienen cintas de que se pegan y suenan mucho al quitarlas en vez de cordones.

 A las diez y pico mamá y yo hemos salido a la calle y como siempre ahí seguía la estatua de Colón con el dedo en alto y la bandera gigante de España. Mamá me ha dicho que hoy íbamos a pasear por la Castellana, que es la calle que casi siempre veo desde el coche de mis papás. Es gigante y siempre está llena de coches de todos los colores y de gente que pasea corre o está sentada en los bancos de los lados. Me gusta la Castellana porque por donde no pasan los coches está lleno de árboles, flores y césped y como es muy, muy ancha, se puede pasear sin que la gente.se choque contigo que es una cosa que no me gusta nada porque a veces me hacen daño.

Lo que más me ha gustado del paseo de hoy han sido los pasos de cebra, que ya me gustaban antes porque podía jugar con papá y mamá a pisar solo las rayas blancas. Muchas veces lo conseguía sobre todo cuando voy de la mano de papá, que como es súper fuerte me levanta en el aire con una mano para que salte mucho más. Cuando cumpla ocho años, que ya queda poco, yo creo que lo conseguiré sin ayuda, porque bebo mucha leche y seré mucho más mayor que ahora.

paso de cebra

El primer paso de cebra que hemos cruzado mamá y yo era pequeñito y pasaban muchísimos autobuses. Los había rojos y azules, y el que más me ha gustado era uno que tenía como un gusano en medio y era el más largo de todos. Detrás ponía el número veintisiete, que son los años que cumplió mi tío Fernando, el hermano de mi mamá y también las velas que sopló en la tarta de frambuesa que comimos de postre ayer cuando lo celebramos en casa de los abuelos. Le he preguntado a Mamá si podíamos coger ese autobús raro y me ha prometido que lo cogeríamos a la vuelta del paseo.

Los autobuses me gustan porque llevan muchísima gente y se ve todo muy alto cuando vas en ellos, además los conductores son muy majos y siempre hablan conmigo cuando mamá me deja sentarme delante de todo y ver como conduce el señor con ese volante tan grande y todos los botones y pantallas que lleva, por eso yo de mayor quiero ser autobusero.

El paseo me ha gustado mucho, pero también me he cansado más que cuando me toca gimnasia y al final me he quedado dormido en el autobús de gusano volviendo a casa para comer. Hemos visto la Castellana casi entera, he visto muchos palacios y casa grandes, edificios muy bonitos y altos con carteles de luces y al fondo siempre se veían unas torres que me han gustado porque parecía que se iban a caer. Detrás de ellas había cuatro torres que eran las más altas que he visto en mi vida, y eso que no estaban terminadas.

De los edificios que hemos visto de cerca, los que más me han gustado han sido una pirámide de cristal y sin pico como las del libro que tengo sobre los faraones y un edificio blanco que mamá me ha dicho que se llama la Torre Picasso, que fue un pintor muy importante. Cuando he vuelto a casa le he buscado en la enciclopedia con Papá y me ha gustado porque pintaba parecido a mi. Era calvo y tenía muchas arrugas. También hemos visto fuentes y estatuas puestas en medio d la calle y que los coches rodeaban para pasar, hemos pasado por debajo de dos puentes y hemos estado un rato viendo una mano grande y gorda que saludaba a toda la gente que paseaba.

Durante todo el camino, en lo que más me he fijado ha sido en la gente de los pasos de cebra. Los saltimbanquis eran los mejores, con sus trajes de colores y sus caras pintadas de fiesta, sonreían muchísimo y uno me ha sacado una pelota de la oreja, mamá me ha dado unas monedas para que se las diera mientras esperábamos para cruzar y le he preguntado porque hacía juegos a los conductores de los coches cuando el señor del semáforo estaba en verde, me ha dicho “este es mi trabajo, me gusta y es lo que se hacer, además así la gente que está en el coche se puede reír un rato mientras espera a que la gente cruce.”

En algunos pasos de cebra, había policías que dirigían el tráfico de la gente y los coches. Yo creo que cuando crezca y sea mayor voy a ser policía como los que he visto para poder llevar ese chaleco que brilla tanto y tener un silbato que pite tan bien y tan fuerte. Eso si, yo no voy a ser tan serio como los que había esta mañana mientras paseaba, lo prometo.
En un paso de cebra, mientras esperábamos a que los coches pararan, mamá y yo hemos visto un señor que sudaba mucho y que daba saltitos a nuestro lado para no dejar de correr, llevaba una cinta azul en la frente y unas zapatillas como las que me voy a pedir este año a los Reyes Magos. A mí ahora me cansa mucho hacer deporte, pero cuando crezca más, seguro que gano una medalla de oro como las que dan en las olimpiadas del cole.

Os estoy hablando mucho de los pasos de cebra y no os he contado nada de cómo son por si no habéis paseado por la Castellana como yo. Son sitios por los que la gente cruza cuando los coches se paran, tienen semáforos altísimos con tres luces, una roja, una verde y una naranja que parpadea. A veces, cuando la luz está verde, suenan pitidos, mamá me ha dicho que son para que la gente que no ve, pueda saber sepa cuando tiene que cruzar. Yo hoy no he visto nadie que no vea, y mira que lo he buscado. Casi todos los pasos de cebra que hoy he visto, tenían muchas rayas blancas, aunque algunos, sólo tenían cuadraditos justo donde se paraban los coches. No me han gustado nada porque no podía jugar a no pisar lo negro. En algunos cruces, también había gente que limpiaba los cristales de los coches parados, mamá me ha dicho que es su trabajo, como el de los saltimbanquis.

Había muchos pasos de cebra y muchas cosas distintas en cada uno, había coches y taxis, había motos, gente que reparte periódicos y papelitos a los que pasan, abuelitos que cruzaban muy despacito, gente que corría y había un señor al que se le han caído todos los papeles que llevaba en un maletín como el de papá, cada paso de cebra era diferente. Sólo había una cosa que se repetía justo antes de empezar a cruzar. Mi madre diciéndome “dame la mano para cruzar”.

Y yo mientras tanto aquí sigo contando historias, en mi azotea

A long long time ago

Ya estoy de vuelta chavalada.

Siento todo este tiempo sin noticias desde la azotea más fría de Madrid. No me he tirado ni nada por el estilo, la razón por la que no he escrito estos días es que he estado más que liado con too tipo de gestiones, pero prometo más y mejores digresiones. Tengo que hablaros del mejor libro del año, de L.A. de mis últimos reportajes, del nuevo curro, de chorradas varas, de cine, de furgol y de muchas cosillas majas que ire sacando.

No desespereis que el lunes vuelvo con fuerza, vuelvo con ganas, vuelvo y me quedo.

Y mientras tanto, aquí sigo, en activo, en la azotea, mi azotea.

Coca Coca Legends

Hola chavalotes, aquí está de nuevo el tito de la azotea para contaros unas cosillas que vio hace como mil años en Internet y que a todos nos sonarán. Son leyendas urbanas sobre Coca Cola. No lo hagaís en vuestras casas, son sólo leyendas urbanas que nadie sabe de donde han salido ¿o si?

norman rockwell gossips

En muchos estados de EE.UU., la Patrulla de Caminos lleva Coca Cola en su coche para quitar la sangre que queda sobre el pavimento después de haber ocurrido un accidente.

Puedes poner un filete de carne en una plato lleno de Coca Cola y éste desaparecerá en dos días.

Para limpiar un inodoro: Vaciar una lata de Coca Cola dentro de la taza y déjala durante una hora, luego tira de la cadena. El ácido cítrico de la Coca Cola, quita las manchas de la porcelana.

Para quitar las manchas de óxido de cromo de los parachoques de los coches: Frotar con un trozo de papel de aluminio, mojado en Coca Cola.

Para limpiar la corrosión en los terminales de la batería de tu coche vierte una lata de Coca Cola sobre los terminales y las burbujas se llevarán la corrosión.

Para aflojar un tornillo oxidado: Aplicar al tornillo un trapo empapado en Coca Cola durante varios minutos.

Para quitar manchas de grasa de la ropa: Colocar la ropa dentro de la lavadora, vaciar encima una lata de Coca Cola, agregar el detergente y lavar con el ciclo completo. La Coca Cola soltará las manchas de grasa.

También es muy útil para limpiar un parabrisas de coche que esté sucio del camino.

El ingrediente activo en la Coca Cola es ácido fosfórico. Su PH es 2.8. Esto disuelve un clavo en unos 4 días. El ácido fosfórico es dañino para el calcio de los huesos y es uno de los mayores contribuyentes al aumento de la osteoporosis.

Para transportar el concentrado de Coca Cola, los camiones comerciales deben disponer de la tarjeta de “material peligroso”, reservada para materiales altamente corrosivos. Los distribuidores de Coca Cola han estado usándolo para limpiar los motores de sus camiones desde hace 20 años.

Y mientras tanto yo aquí sigo, con una Coca-Cola fresquita en mi azotea.

La respuesta correcta de Stuntman Mike

“Los bosques son hermosos, oscuros y profundos, y yo tengo promesas que cumplir y kilómetros que andar antes de dormir. ¿Me oíste, Mariposa? Kilómetros que andar antes de que duermas”.

death proof kurt rusell

Y mientras tanto yo aquí sigo en mi azotea. ¿Me oíste Mariposa?

Galleta!

No hay huevos a hacer lo mismo que el pollo este. Hay una marca (adivina adivinanza ¿Qué tiene el burro en la panza?) que te propone que lo hagas y cuelgues el video en el tubo. Tú mismo, galletas y leches te pueden caer unas pocas. de momento, unas risas en el curro no vienen nada mal.

Y mientras tanto, yo grito un rato desde mi azotea

Mención de honor [como mínimo]

Como ya se han dado los gallifantes de oro del último concurso de videos, nada tengo que hacer salvo felicitar al campeón, pero me saltaré el protocolo y os pondré un video que bien podía haber grabado desde mi azotea, de una canción que bien podía haber escrito yo en estos días inciertos en los que vivir es un arte de un tío que ewn podría haberse llamado como yo, pero que tuvo que conformarse con Gary Jules. Lo sentimos muchacho, gracias por concursar. Esto podía haber sido un gran vencedor, pero ya se sabe que el que llega tarde ni oye misa ni come carne, una pena, porque la canción también es de diez mínimo.

Y mientras tanto yo aquí sigo, in a mad world, en mi azotea

Inconformista y con diario

Pues si chico si, ya era hora de que lo hiciera, y aquí me tienes, haciendo una presentación como Dios manda de un nuevo sitio por el que pasarse a la que bajas. El diario de un inconformista con causa y al mismo tiempo ilusionado comunicador.¿iluso? yo diría que no. Ya está aquí y en la columna de tu derecha. Anacleto Bulsara desde Bruselas:

diario de un inconformista

Y mientras tanto, ya he saldado una deuda de la azotea.

El capricho de tocar

¿Has ido alguna vez al parque del Capricho? Si as ido, vuelve después de leer esto, si la respuesta es no, está en Madrid y la línea cinco de metro lega hasta las puertas. Haz como en el caso anterior, acaba de leer esto y acércate. El nombre le viene ni que pintado, es un paraíso para pintores como aquel señor de pelo blanco y pipa que todas las veces que he ido me he encontrado pintando algún rincón fabuloso del parque con acuarelas, con lápices, con pluma o con lo que sea. Ahí se sienta en su silla plegable junto a su material de dibujo y toca el parque con el pincel para pasarlo a un lienzo, un cuaderno o una hija suelta.

No no sé pintar como ese señor, tampoco fumar en pipa, aunque cuando sea mayor fumaré como él, ni se tocar un parque para convertirlo en arte, pero al menos, lo puedo intentar. Puedo empaparme de cada pedazo de este parque sólo con el tacto. Puedo tocar la rugosa piel de cada árbol, los pequeños y los grandes, los que todavía son brotes y los que imponen respeto ya de lejos.

Puedo tocar el agua que corre sin prisa pero sin pausa. Puedo tocar el césped verde que todo lo cubre, salpicado por castañas y hojas que caen de los árboles que ya he tocado. Puedo tocar el aire que todo lo cubre, puedo tocar la felicidad de quien ahí pasea, descansa, mira, escucha, toca, siente y pinta. Puedo tocar el Capricho, puedo tocar Madrid, puedo tocar el mundo.

Y mientras tanto, aquí sigo, con el capricho de saltar de mi azotea


El Sello

el sello

Agotamiento neurótico con predisposición a molestar

Gente que ha subido

  • 164.419 digresores

Placas-Homenaje en mi azotea

picotas

mosby

lugarteniente mejorando lo presente

lacasitos

Días en los que aquí sigo…

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Las escrituras de la azotea

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