Archivo de octubre 2008

Es Usted un afortunado

Gira la ruleta y no te toca. Al que tienes al lado si, por supuesto que le toca. Rueda por segunda vez y te toca el premio gordo. Eres feliz, el que más. Fiesta, bailes y brindis varios. El presentador estrella, en un momento dado para el programa.

–Ha habido un error. –Sonríe. –Lo sentimos por las molestias causadas. –Sonríe. –Debe devolver todo lo que ha ganado. No se puede quedar con absolutamente nada. –Fuerza la sonrisa. –Usted tiene que olvidarse de todo lo que ha pasado en su vida desde que giró la ruleta por segunda vez. No se preocupe, no es por usted, es por nosotros. Si usted intenta arreglar algo de esta situación por su cuenta será peor, mucho peor. Para usted y para nosotros. –Su sonrisa sigue inamovible. –El premio que le dimos y que usted disfrutó durante un tiempo no debería haber sido suyo. No debería haber sido suyo en absoluto. Pertenece a otra persona que lo está esperando desde hace mucho tiempo. No es por nada pero lo merece mucho más que usted. No hay color. –Su sonrisa parece eterna. –Quizá algún día usted tenga la misma suerte que nuestro ganador verdadero, pero lo dudo. Es más, me atrevería a decirle que no. Que ni en broma tendrá ni una décima parte de la suerte que creía tener hasta que le he dicho, bueno de mí, que no la tiene. Agradézcamelo. –Ahí sigue su sonrisa. –No busque motivos, no busque soluciones. No las hay. Puede pasarse todas las noches pensando porqué ha pasado esto. No conseguirá saberlo. Es la vida. Le ha tocado sufrir pero no se apure, hay gente que ni siquiera tiene eso. Es usted un afortunado.

Mientras tanto yo aquí sigo -sonrisa inamovible- en mi azotea.

El Señor Lobo

El Señor Lobo soluciona problemas. El Señor Lobo tiene un compinche. El Señor Lobo gasta diploma de doctor que acuña terminos para inspirar un mundo feliz. El Señor Lobo tiene hasta titulo nobiliario. El Señor Lobo tiene pulpo en su tienda y vecinos italianos a los que putear en cuartos. El Señor Lobo está a media hora de camino.

No dudes ni un segundo que el Señor Lobo llegará en 10. El Señor lobo tiene divan y una tele con LSD en los cables para jugar al Pro en azul y crear corrientes circulares. El Señor Lobo opta por Higuaín y Raúl en el once titular. El Señor Lobo fuma Winston si hace horas extras. El Señor Lobo cumple años una vez cada mes de octubre y ya no hace brindis encima de las sillas.

Y mientras tanto, aqui sigo felicitando al Señor Lobo, desde mi azotea

Otro Post más

Puff, empiezo a escribir y no me apetece un carajo. Es un coñazo escribir así, pero que se le va a hacer. No se me ocurre nada sensato ue poner ni en este ni el siguiente, ni en el post que seguirá a aquel. Estoy seco. Cosas de estas pasan cada dos por tres, y la gente vuelve a tener ideas, algunas de bombero, pero ideas al fin y al cabo.

Tiempo tengo para dar y tomar, lo que no tengo son palabras en los dedos, así que me limitaré, hasta nuevo aviso a colgar chorradas que vaya encontrando por ahí. Hoy de hecho he encontrado un capítulo de Looney Toones histórico, en concreto del Correcaminos y el Coyote. El episodio en el que por fin, el bueno del Coyote consigue capturar a su presa:

Y mientras tanto, yo aquí sigo como siempre, en mi azotea.

¿Tirarse a la piscina?

Estoy en el borde, miro hacia abajo y no alcanzo a ver si está llena o vacía.

Doy un paso al frente, me dispongo a saltar, flexiono las piernas y… retrocedo de nuevo. Siento el viento en mi cara y vuelvo a pensar en los efectos que podría tener.

Toda decisión conlleva un riesgo que , de momento, no estoy dispuesta a correr. Sopeso los pros y los contras de lanzarse. A priori parece lo mejor, pero, ¿y si la piscina está vacía? ¿qué pasará?.

Prefiero esperar a verlo más claro o directamente a decidirme algún día a hacerlo sin importarme las consecuencias. El resultado es incierto.

Creo que cada vez está más cerca el momento de tomar una decisión, de terminar con la incertidumbre.  Porque el futuro me tiende la mano y sólo me queda decidirme y para dársela; y así poder seguir el camino, cualquiera que sea.

Y mientras tanto aquí sigo, pensando si tomar una decisión.

Un brindis por El Capitán (II)

El abuelo dormía la siesta y Pablo, el segundo de sus nietos, no le quitaba ojo de encima. Estaba sentado en la cama, con las piernas cruzadas y la cabeza sobre las manos. Al final también se durmió, aunque su siesta fue más corta, porque cuando abrió los ojos, el abuelo seguía echado y tranquilo. Para no dormirse otra vez, Pablo decidió preparar un juego y quedarse de pie encima de la cama. Cogió la funda de la almohada de la abuela, se la anudó al cuello como si fuera una capa y allí se quedó plantado. Cuando el abuelo despertó, a Pablo sólo hizo falta una frase para que sonriera:

-Capitán, ¿Volamos?

Y mientras tanto, yo aquí sigo, dedicándoselo a un superheroe, desde mi azotea.

Un brindis por El Capitán (I)

Y mientras tanto, yo aquí sigo como siempre, en mi azotea


El Sello

el sello

Agotamiento neurótico con predisposición a molestar

Gente que ha subido

  • 164.419 digresores

Placas-Homenaje en mi azotea

picotas

mosby

lugarteniente mejorando lo presente

lacasitos

Días en los que aquí sigo…

octubre 2008
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031  

Las escrituras de la azotea

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.