Un recado que os pido desde la azotea y que tampoco os cuesta tanto, que podéis hacer hoy y cualquier día de estos, que no os interrumpe en absoluto ni el trabajo, ni las clases ni nada. Es fácil, es tener en la cabeza y acordarse, de la manera que queráis y sepáis, del nombre de Pablo.
Sólo eso, muchísimas gracias majos.
Y mientras tanto aquí sigo, como siempre en mi azotea
1 Respuesta to “Un recado”