Estoy en el borde, miro hacia abajo y no alcanzo a ver si está llena o vacía.
Doy un paso al frente, me dispongo a saltar, flexiono las piernas y… retrocedo de nuevo. Siento el viento en mi cara y vuelvo a pensar en los efectos que podría tener.
Toda decisión conlleva un riesgo que , de momento, no estoy dispuesta a correr. Sopeso los pros y los contras de lanzarse. A priori parece lo mejor, pero, ¿y si la piscina está vacía? ¿qué pasará?.
Prefiero esperar a verlo más claro o directamente a decidirme algún día a hacerlo sin importarme las consecuencias. El resultado es incierto.
Creo que cada vez está más cerca el momento de tomar una decisión, de terminar con la incertidumbre. Porque el futuro me tiende la mano y sólo me queda decidirme y para dársela; y así poder seguir el camino, cualquiera que sea.
Y mientras tanto aquí sigo, pensando si tomar una decisión.
A la piscina ya!!! me laegro de que hayas vuelto por aqui Mariam! Bss
pd. ahora sólo falta que «volvamos» PRP y yop 😉
Y bien???
Qu bien q escribas!!!!!
Un beseteeee
Gracias Lets & cia